¿Alguna vez han escuchado sobre Máncora, el paraíso de la fiesta en el norte del Perú? Pues déjenme decirles que si bien es cierto que Máncora puede ser el mejor destino para irse de rumba en esta zona de Perú, no sólo es un lugar para este plan, allá encontrarás hermosas playas para relajarte, broncearte, disfrutar, aprender y practicar un poco de surf y … ¿porque no? Hasta dar un paseo en caballo por la playa mientras contemplas la puesta del sol.
De este maravilloso destino no solo me atrajo la rumba, pues
como ya saben suelo viajar sola y en mis planes no estaba meterme en una
discoteca sola a probar suerte. Sin embargo, si había un plan que me tramaba
mucho, realmente me tenía loca y cautivada la idea de… ¡nadar con tortugas
marinas!
Resulta que muy cerca de Máncora
está la playa los órganos y desde su puerto salen las embarcaciones que te
llevan en un maravilloso tour donde aprenderás sobre las tortugas marinas cosas
como su tamaño, en qué lugar se les puede tocar sin hacerles daño, la manera
adecuada de acariciarlas y cómo ellas te demuestran su afecto y así luego estés
listo para saltar en alta mar a nadar con ellas, y en esta ocasión más que
nadar con ellas, fue nadar entre ellas.
Otro plan muy bueno en órganos es
ir a un tour para el avistamiento de ballenas, aunque ese se da en determinadas
épocas del año. O si prefieren estar en la playita, no duden en ir a pocitas,
una hermosa playa donde se crean como pequeñas cascadas en el mar dando la sensación
de ser como unas mini piscinas o pozos para descansar, justamente de ahí es que
viene el nombre de esta playa.
Máncora es un pueblo playero
hermoso, en el cual pueden encontrar todo tipo de hoteles y restaurantes, así
como dicen por ahí para todos los gustos y bolsillos, personalmente a mí me
gusta -y a mi bolsillo también- viajar en un modo “semi-mochilera” ahorrando lo
que más pueda sin quitarme la oportunidad de disfrutar y darme uno que otro
gustico o tour. Yo me quedé en un backpacker que para mi gusto es de las
mejores cadenas de estos tipos de hoteles (en mi viaje a Cusco también me quedé
en uno de esta cadena) pues el ambiente es súper relajado, la gente es
extremadamente amable, estás rodeado de turistas de todo el mundo y he de
confesar que… ¡el caldo de ojo es el mejor!
Acá no tienen pierde, tienen churritos para todos los gustos,
y lo mejor es que si viajan solos, no hay lio, el hotel les arma fiestas y
actividades de integración TODAS LAS NOCHES para que puedas conocer a tus
“roomates” y tengan amigos para su viaje. Además de eso las instalaciones son
realmente lindas y adecuadas al lugar donde se encuentre sea playa como el de Máncora
o en sierra como el de Cusco, y por si fuera poco la comida y los tragos
también son geniales, quien se haya hospedado en estos hoteles jamás olvidará
el “Loki, Loki, Loki, shot, shot, shot” y sino que nos lo diga nuestro amigo de
la selección alemana.
Pero no todo lo divertido está dentro del hotel, el recorrido por la playa o el pueblito es sorprendente, en las noches pueden caminar hasta el centro del pueblo y comerse la mejor pizza de carretilla que se puedan imaginar y no exagero, aunque eso de pizza de carretilla no suene muy suculento, es realmente deliciosa y lo mejor… ¡a muy buen precio!
Más tardecito cuando ya ha pasado el happy hour y empieza la fiesta, nada como subirse en las mesas con un buen grupo de amigos de viaje para hacer coreografías al mejor estilo del staff de animación de la fiesta, y si la energía es mucha lo mejor es irse a la playa para rematar la fiesta, pueden pasar de bar en bar, todos sobre la playa y bailar en la arena libremente al son que más les guste, pus encuentras todo tipo de música.
Así que ya saben, si quieren un poco de calor, combinado con diversión y naturaleza… ¡Máncora en su mejor opción!