¿Recuerdan que cuando les hablé de mi viaje a Puno les mencioné sobre las maravillas del Lago Titicaca y les dije que es el lago navegable más alto del mundo y que tenía varias islas por su gran tamaño?
Entre esas islas del Lago Titicaca que es un patrimonio compartido por Perú y Bolivia, les hablé específicamente de Taquile una isla natural y de los Uros una isla artificial, ambas se encuentran en territorio peruano, y también les aseguré que eran lugares tan maravillosos que cada una merecían ser relatadas por separado.
Pues efectivamente es así, Taquile es una isla gigantesca (según mi punto de vista para estar dentro de un lago y el esfuerzo físico que me costó recorrerla) en esta isla conviven seis comunidades diferentes y sus territorios están delimitados por grandes arcos de piedra que demarcan cuando entras a un territorio nuevo, hagan de cuenta que son los marcos de enormes puertas invisibles.
Esta isla tiene un puerto ubicado a 3.600 metros sobre el nivel del mar donde la embarcación, que son lanchas turísticas de motor, te deja con la idea de recorrer la isla desde este y sigas el camino de demarcado por la naturaleza para que poco a poco atravieses este hermoso lugar y llegues a la plaza central donde tienen un mercado de artesanías y celebran sus fiestas más importantes, eso está a unos 3.950 metros sobre el nivel del mar.
Ustedes entenderán lo fácil que fue realizar este recorrido teniendo en cuenta que estaba acostumbrada a vivir en una ciudad costera, por momentos sentía que no podía continuar y veía pasar a personas mayores (hasta abuelitos) gringos y europeos con sus pintas turísticas, bastones de caminata y felices como si caminaran por la playa sin ningún esfuerzo. Me hacían sentir que era URGENTE que empezará a mejorar mi estado físico y fuera más activa jajaja.
Finalmente, y después de varias horas de hidratación con energizantes y gran esfuerzo físico logré llegar a su plaza central, que hermoso lugar, parecía que llegabas al cielo ¿O sería tanto el cansancio que San Pedro casi llama? Luego empieza el descenso y recorres el otro lado de la isla, para ver el resto de sus comunidades, una de ella era la de nuestros anfitriones, en un hermoso y rustico restaurante nos dieron un almuerzo reparador con una exquisita trucha frita pescada en el mismo lago y nos contaron un poco de sus tradiciones.
Por ejemplo, recuerdo bien, nos explicaron que los colores y la cantidad de vueltas y adornos en sus prendes representaban a qué comunidad pertenecía, si eran solteros, viudos o casados, diferenciaban sus rangos e inclusive su género y edad con estos detalles tan puntales.
Además, nos contaban que las fiestas y celebraciones allá
eran verdaderas fiestas patronales, nada que envidiarle a la fiesta de un
famoso o adinerado de la capital. Celebraban no sólo por un fin de semana
completo, sino que a veces iban hasta seis días de fiesta e inclusive semanas,
en las cuales les daban comida y trago a todos sus invitados y bailaban sin
parar …
¡Qué pulmones, qué nivel! Y yo que casi ni podía caminar en el lugar… De la que me salve al no haber ido en medio de alguna festividad jajaja. Y ustedes se preguntarán: ¿de dónde sacan comida y trago para tantos días y tanta gente? La respuesta es muy sencilla de sus propias tierras, ellos cultivan sus productos y tienen animales como chivos y cabras, además de las truchas que pescan.
Así que, si quieres poner a prueba su estado físico y de premio comer muy rico, los invito a conocer Taquile y aprender mucho más de todas sus costumbres.
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