domingo, 10 de enero de 2021

Lurín, un lugar para volar

¿Cuántos de ustedes han tenido el sueño de poder volar? Y no me refiero en avión, sino realmente volar y sentir el aire alrededor de sus cuerpos mientras flotan a la deriva. Les puedo garantizar que es una sensación sin precedentes, algo realmente espectacular y que todos deberíamos tener la oportunidad de disfrutar.

Volando en parapente

Volar te da una sensación de paz, es como si te desconectaras de todo mientras dura el vuelo, después de grandes momentos de adrenalina previa al vuelo y una sensación de éxtasis al aterrizar, y todo esto sin necesidad de nada más que un parapente y unas cuantas instrucciones para manejarlo.

Recibiendo las instrucciones

Resulta que, en Lurín, un lugar muy cerca de Lima queda una escuela de pilotos de parapente donde pueden ir para vivir en un día la experiencia que estos pilotos sienten durante sus entrenamientos, claro está que también pueden pagar un recorrido en parapente en los malecones de la ciudad de Lima donde pilotos expertos los llevarán por unos minutos en el aire para que desde allí contemplen el paisaje y si desean graben o tengan fotos del recorrido.

Sobrevolando Lurín

Pero con todo respeto, aunque ese plan suene muy agradable y la belleza del paisaje es indudable, no hay punto de comparación con la sensación de ser tú mismo quien maneja y dirige el vuelo, dónde según tus destrezas podrás garantizarte un vuelo de uno o dos minutos en total calma y donde deberás estar muy pendiente de las indicaciones que te dan por radio para saber cuando subir, doblar o empezar a bajar para tener un buen aterrizaje y no estrellarte contra nada en el horizonte.

Un vuelo exitoso

Esta ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, y que sin duda la repetiría una y mil veces más, ese momento cumbre donde empiezas a correr en una duna y de un momento a otro te das cuenta de que la arena desaparece y tus pies están literalmente corriendo en el aire y puedes empezar a caminar despacio para irte sentando en la silla del parapente y disfrutar cómodamente del vuelo, créanme ese momento lo es todo.

A punto de despegar

Es un momento casi tan memorable como cuando estás por aterrizar y debes pilotear y dirigirte a un lugar seguro para no estrellarte con nada, y mágicamente vas colocando tus piernas para que toquen el suelo y sientes como la vela del parapente cae detrás de ti cual cola de pavo real después de haberse contoneado como parte del ritual.

Levantando vuelo

Y para completar toda esta aventura te van a recoger en cuatrimoto para que avances por el desierto en ella hasta volver a la duna desde la que te lanzaste y puedas ver a los demás emprender sus vuelos.

Regresando en cuatrimoto

Sin duda alguna ha sido una experiencia mágica y se las recomiendo totalmente, si algún día quieren algo de adrenalina, volar de manera sana y segura y realizar algo extremo no se pierdan la oportunidad de ir a Lurín y vivir un día como pilotos de parapente, estoy segura de que desearán volver a volar una y mil veces más.

Adrenalina pura

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